Respiras. Inspiras. Sonríes, sólo había sido una falsa alarma. Piensas. Te das cuenta de que llegó hace bastante tiempo no se ha ido y que por mucho que intentes convencerte a ti misma, vuelve y duele. No, no vuelve, nunca se llegó a marchar. No se va, por razones desconocidas no quiere irse. Piensas. Tal vez será porque no estás tomando la decisión correcta, o simplemente, porque no consigues que se vaya. Te engañas a ti misma, no quieres que esté. Lloras, vuelves a pensar. ¿Se habrá ido otra vez? Nunca se llegó a ir, sigue ahí. Crece. Mengua. Pero al fin y al cabo nunca se va. Se esconde detrás de ese odio que le tienes. Se esconde detrás de ese odio creado por aún seguir queriéndolo.
¡Propongo un brindis! Por todas esas personas que alguna vez han estado tristes sin quererlo, por aquellas que han estado contentas no queriéndolo, por todas aquellas que no le encuentran sentido a la vida, por aquellas que sonríen sin ganas, por las que las que quieren hacer felices a la gente sin estarlo ellos mismos, por aquellas que sueñan con que algún día serán felices. Propongo un brindis por todas las personas que alguna vez han tenido una sonrisa entristecida.
- Pardelas
- María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.
domingo, 29 de mayo de 2011
lunes, 23 de mayo de 2011
¿Qué hubiera pasado si...?
Tal vez hubiera sido mejor si yo no hubiera nacido. Hay demasiadas personas que desearían que yo no estuviera aquí. Hago infeliz a mucha gente importante en mi vida. Y ese no era mi propósito. Yo quería hacer reír, colocar sonrisas en la cara de la gente, de mi gente. Pero me desvié del guión, me salté las reglas y el final no fue feliz. Personas que no son felices sólo porque yo me olvidé de que tenían sentimientos. Y ahora es cuando los has perdido, cuando te das cuenta de que en vez de una sonrisa en sus rostros, sólo colocaste una marca de tristeza. Es en ese momento en el que te das cuenta de que los perdiste y que el daño, ya es difícil de reparar. Si yo no hubiera nacido, nadie me echaría de menos, nadie me tendría cariño, nadie sentiría nada por mí, ni desprecio, ni amor, ni odio. Nada. Simplemente, porque si yo no estuviera aquí, no habría ningún daño que tuviera que reparar.
lunes, 16 de mayo de 2011
Sólo es cuestión de esperar
Suscribirse a:
Entradas (Atom)