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María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.

jueves, 11 de julio de 2013

La niña de mis ojos

Recuerdo una vez que me contaron aquel cuento de esa perfecta princesa que, tras mucho sufrimiento, por fin conseguía su príncipe azul. Ese prototipo de historia que todas escuchamos y que, lo que es peor, creemos. Y ahora estás tú, la princesa más bonita de todos los cuentos, asomada a tu balcón con la mirada perdida, incomprendida al ver marchar a ese que creías que iba a ser tu principe. Pero ahora escucha, princesa, llegó la hora de luchar, de ponerse en pie, recogerse el pelo, quitarse la corona y ponerse la armadura. La vida no es toda un camino de rosas, es cierto, pero por ese camino lleno de espinas, siempre encuentras alguna rosa que está dispuesta a seguir contigo y yo voy a estar siempre en tu camino, ya puede ser de rosas, ya puede ser de espinas, que yo siempre estaré a tu lado. Sonríe anda. 


Te quiero, princesa.

martes, 21 de mayo de 2013

37 y esas cosas.

Y al final, todo conduce a una misma conclusión, un punto, un momento, una circunstancia. La fugacidad de la vida, lo que hoy viene mañana se va, aunque tal vez lo que llegue mañana sea para siempre. Un beso en el momento adecuado, una caricia en ese preciso instante, una carcajada que haga olvidar y ese suspiro que dice más que cualquier grandioso discurso. 
Notarlo, sentirlo. Sentir el roce de tus dedos con los míos, entrelazándose con fuerza. El sonido de un piano de fondo, el sonido de un beso, de nuestras respiraciones aceleradas y de un susurro. Sentir un cosquilleo en la barriga y una presión en el pecho. Sentir que se acerca, su nariz, tu nariz, juntas. Lo sientes, sabes que está ahí, sientes su respiración, lo sientes a él. Sus ojos se posan en los tuyos y un escalofrío te recorre todo el cuerpo. Y entonces sonríes, sonríes afortunada de poder decir un "te quiero" y escuchar "y yo". 



Y es que, ¿acaso hay alguna sensación mejor que querer y ser querido?

sábado, 27 de abril de 2013

Küssen


Y sin razón alguna, así fue. Fue uno de esos primeros besos diferentes. Tal vez no fue mágico ni perfecto ni mucho menos el más grandioso de los besos, pero fue especial. Lo fue porque había algo en él, en ese beso, que era distinto, que lo hacía diferente a los demás. Fue breve, rápido, tímido, como si por rozar nuestros labios fuéramos a cometer el mayor de los pecados. Sincero, veloz y eficaz. Eficaz porque me bastó ese primer beso para saber que no quería que fuera el último.

jueves, 7 de marzo de 2013

martes, 5 de marzo de 2013


¡Soy libre!


domingo, 3 de marzo de 2013

Another

Él me miraba, yo le miraba. Las miradas entre nosotros eran cómplices, sensuales, como si con ellas nos lo dijéramos todo. Pero yo la evitaba, evitaba su mirada como el que evita que el sol le dé de lleno en un caluroso día de agosto. Evitaba su mirada y él buscaba la mía. Buscaba mi mirada entre la gente, entre la multitud... Entre millones de miradas, buscaba la mía. Buscaba mi mirada y finalmente la encontró. Buscaba mis manos y sobre las suyas las posó y entre un millón de ellos, mis labios buscó. Pero entre un millón de labios fue entre lo que se quedó cuando los míos no encontró.

miércoles, 23 de enero de 2013

RTC; la suerte de mi vida

Increíble es querer a alguien desde que abres los ojos, desde que los abres por primera vez, desde que el corazón empieza a latir, desde que exhalas el primer suspiro de tu vida.
Estarías aferrada a ella toda tu vida, sin soltarla nunca y que te de calor, ese calor que sólo ella desprende.
De ojos marrones, profundos, sinceros, grandes y capaces de enamorar a un ciego. Con tez tersa, morena y una sonrisa que, a pesar de no ser blanca como las perlas ni perfecta como la de una famosa actriz, es la más bella imperfección que existe.
Sonriente, alegre, cariñosa, capaz de hacer lo imposible por ver sonreír a la gente que ama.
Pocas veces la verás llorar, pocas veces verás esos preciosos ojos marrones empapados en lágrimas y cuando lo hace, produce tal sensación, que sólo deseas abrazarla y no soltarla jamás.
La mejor persona que podrás conocer. Inteligente, sabia, la mujer que todo hombre desearía tener.
A pesar de su belleza, todos los días busca defectos en el espejo: arrugas, manchas, cicatrices de la vida. Mas cada día está más guapa, espléndida, maravillosa, perfecta. Cada día más sabia, más completa, más ella. 


Cada día más cerca de la perfección, perfección que para mí, ella ya alcanzó hace mucho tiempo.

domingo, 6 de enero de 2013

No muy atentamente de mí para ti:

Buenas noches o buenos días para ti, ¿quién sabe en que momento leerás esto? Y, es más, ¿quién sabe si lo llegarás a leer algún día? Supongo que dejaste de leerme hace mucho tiempo, más o menos el tiempo que hace que dejé de importarte, quizás. No lo sé, mi cabeza está llena de dudas, demasiadas para un cuerpo tan pequeño como el mío. Ya no se que hacer, estoy perdida, sin rumbo, sin un lugar a dónde ir, sin saber que camino tomar, sin esperanza alguna. Desde que te fuiste todo es muy diferente, aquella hora después de clase jamás fue lo mismo y esos viernes de miradas cómplices en el parque se esfumaron entre otras miles de cosas. Y creerás que miento si te digo que cuando te fuiste te quise más, cada día más y más hasta hoy. Supongo que será verdad eso que dicen de "más que ayer pero menos que mañana", pero claro esas frases suenan siempre mucho mejor si tienes a quien decírselas o con quién compartirlas. Pero bueno, no quiero irme de contexto y ya me estoy yendo por las ramas, cómo sabes que hago siempre. ¿Lo sabes, no? No sé, ni si quiera sé hasta que punto me conoces cuando yo se tantísimas cosas de ti. Será que estoy loca, majareta, chiflada o, cómo muchos dicen, enamorada, que viene siendo más o menos lo mismo. A veces pienso que estoy obsesionada, que me quedé con todos los detalles de cada momento que pasé contigo, con cada sonrisa, cada mirada... Que me quedé con todo con aquello que me hizo feliz. Pero no puedo más, te juro que me gustaría coger todos esos recuerdos, meterlos en un baúl y tirarlos al mar, para que se vayan lejos y no vuelvan jamás. Pero no puedo, no consigo reunir el suficiente valor para hacerlo y la verdad es que no comprendo del todo por qué, pero estoy perdida, sin rumbo, sin ti. Y necesito dejarlo todo atrás de una vez por todas y abrir los ojos a otras posibilidades, porque no me compensa estar aferrada a ti de esta manera, no me conviene. Así que, con todo el dolor del mundo y los ojos llenos de lágrimas, me despido y espero que esta vez sea para siempre. 


Te quiero, te quiero como nunca he querido a nadie y siempre lo haré, aunque a partir de ahora sin dolor ni más llanto.
Adiós, mi vida.