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María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.

jueves, 29 de marzo de 2012

Simply thanks



Estaban sentados en aquel parque juntos, como buenos amigos que eran. Compartían confidencias, secretos, alegrías, tristezas, todo. Él, ella. Formaban un gran equipo, mucho mejor de lo que muchos creían. Pero esa tarde era distinto. Silencio. Las hojas de los árboles que el viento agitaba era el único sonido que ambos escuchaban. Ella lo había citado allí hacía a penas diez minutos por una llamada telefónica. Tenía los ojos hinchados, llenos de lágrimas. Él la miró y la abrazó enormemente, un abrazo de estos que sólo un amigo puede darte, un verdadero amigo.
-Todo es tan injusto... No entiendo nada, hace a penas unas semanas estábamos bromeando juntos y ahora somos completos desconocidos. Era tan feliz sabiendo que parte de su tiempo lo perdía en estar conmigo... Todo es culpa mía, si no hubiera...
-¡SH!- la interrumpió él- ¡Basta de tonterías! ¡Tú no has hecho nada!
-Pero...
-¡Pero nada! Eres una chica estupenda y él no es consciente de todo lo que se pierde, ¿queda claro? Ya habrá alguien que te haga feliz como realmente te lo mereces. Mientras tanto, busca tu felicidad. Búscala en ti misma y no en otra persona, yo se que puedes.
-Gracias, eres el mejor.
-¿Y sabes una cosa? Él no te conoce, si te conociera no te ignoraría.
-¿Por qué dices eso?- preguntó extrañada.
-Porque si te conociera, estaría enamorado de ti.
En ese momento sus ojos llenos de lágrimas lo miraban fijamente, sonrió sinceramente y le dio un abrazo enorme. Fue en ese instante en el que se dio cuenta de que tenía a alguien muy importante en su vida, se dio cuenta de que tenía al mejor amigo del mundo junto a ella. Y eso es algo, que nada ni nadie iba a poder quitarle.

martes, 27 de marzo de 2012

HE



Todo, y cuando digo todo es todo, tiene un final, termina. Cada vida es como un libro. Cada página representa un día de nuestras vidas y cada capítulo una etapa. Y como todo, cada etapa o época tiene un cierre, cierre que nunca acaba bien. Las historias de amor, las amistades, un viaje... Cada capítulo termina con nostalgia, pena, tristeza... Por eso es que afirmo que los finales felices no existen. Todas las princesas y sus "y vivieron felices y comieron perdices" sólo forman parte de un cierre provisional. ¿O acaso se sabe que le pasó a la Cenicienta después de casarse con su príncipe? Nadie lo sabe y probablemente no se sabrá nunca. Puede que no fuera feliz o tal vez sí. Pero en los cuentos reales, en la vida, nada de esto sucede. Todos los finales son tristes, no existe un final feliz. ¿Que por qué? Por el simple hecho de que los finales felices, son historias sin acabar.

lunes, 19 de marzo de 2012

Siempre serás para alguien...

...la persona perfecta que conocieron en el momento equivocado.

jueves, 15 de marzo de 2012

Everybody hurts somedays



Llega un momento en la vida en el que te paras a pensar lo que has hecho bien, lo que has hecho mal, lo que has dejado de hacer... Llega un momento en el que tu camino se cruza con baches, se enreda entre miles de dudas. Llega un momento en el que tienes que depender de ti misma y de tus propias decisiones, sean cual sean y asumiendo las consecuencias que estas conlleven. Y después de haberlo conseguido, miras atrás, orgullosa de tu trabajo, de tus acciones, de tus decisiones. Te das cuenta de que lo que antes dolía, ahora ya no lo hace y que lo que antes era imprescindible, ha dejado de serlo. Se ha convertido en uno más, uno del montón, una de esas personas que ven y que, aunque todavía te de un vuelco el estómago, ya no te causa dolor el hecho de verlo. Ves como día tras día te intenta hacer daño, pero has conseguido una barrera contra él, la mejor barrera de todas: el amor propio, algo que sólo tú puedes darte. Algunos dicen que es la costumbre, que no lo has olvidado, que simplemente te has acostumbrado al sufrimiento y el dolor de tal manera, que ya ni te das cuenta de que está ahí. Pero al igual que todo, el tiempo todo lo cura.

martes, 13 de marzo de 2012

Things will never be the same



En aquella sala el ambiente era tenso. Un silencio lleno de rabia y culpabilidad la inundaba. Ella, con los ojos llenos de lágrimas, clavaba su mirada en él. Mientras que él, no conseguía sostenerle la mirada durante mucho tiempo, la culpabilidad lo estaba matando. Silencio y tensión. Cuando no pudo aguantarse, las lágrimas de ella cayeron por sus mejillas, delatando su sufrimiento y decepción. Se dio la vuelta y se dispuso a marcharse, pero cuando a penas había dado cinco pasos se dio la vuelta y se acercó a él:
-Coge ese vaso.- le dijo seria.
Él se quedó sorprendido y no tuvo respuesta para ella. No movió ni un músculo de su cuerpo, sin embargo le sostuvo la mirada. Estaba confuso.
-¿Vas a hacer lo que te diga?- insistió ella.
-Sí... claro.- Asintió él. Después de lo ocurrido nada podía ir peor, así que aceptó y decidió hacerle caso, aunque fuera la última vez que lo hiciera. -¿qué quieres que haga?
-Coge ese vaso y tíralo al suelo.- dijo ella totalmente seria. Él obedeció lo que le habían ordenado y observó como el vaso se rompió en mil pedazos a sus pies.
-¿Qué ha pasado?- preguntó ella.
-Que se ha roto.- él no salía de su desconcierto. Aquello era tan extraño, no comprendía nada, aún así le sostuvo la mirada y esperó una respuesta que tardó en llegar varios segundos.
-Ahora pídele perdón.
-Perdón...
El silencio se hizo de nuevo en aquella habitación. Ambos se sostenían las miradas, serios. Ella se mordía el labio inferior. Él sabía perfectamente que eso era síntoma de que estaba aguantando unas lágrimas, la conocía demasiado bien, los momentos que había pasado con ella nunca los había pasado con nadie. Era la persona que más la conocía.
-¿Y acaso ves que se haya arreglado?- los ojos de ella se empaparon pero ninguna lágrima cayó por sus mejillas. Ella le sostuvo la mirada, pero él la agachó rápidamente. En ese instante ella se dio la vuelta y se marchó, dejando atrás un pasado con un vaso roto.

domingo, 11 de marzo de 2012

Sonríe; tus enemigos lo odian.

martes, 6 de marzo de 2012

Hate u



Te odio. A ti y a esa jodida y preciosa sonrisa que tienes, a esas manos que un día estuvieron con las mías y a esos enormes ojos claros. Te odio. A ti y a esos cosquilleos que me entran cuando te veo, a esas enormes ganas de besarte que tengo, a esas palabras que me hacen reír y a tus estúpidas bromas que tanto me gustan. Te odio. A ti y a esa forma que tienes de hacer que me coma la cabeza noche tras noche. Te odio. A ti y a esas miradas que se nos cruzan de vez en cuando y que me dejan sin respiración. A ti y a esa manera de volverme loca todos los días. A esos empujones cómplices de algo más que amistad. Te odio porque me complicas la existencia pero al mismo tiempo haces que todo tenga sentido. Te odio porque me quitas las ganas de todo y me las devuelves con una sonrisa. Te odio con toda mi alma, no sabes cuánto. Te odio, principalmente, por esa manera que tienes de hacer que te quiera tanto.

domingo, 4 de marzo de 2012

¿Qué ocurre cuando esperas demasiado tiempo?
Simplemente te cansas.

jueves, 1 de marzo de 2012

Quiéreme aquí y ahora



Y ahí estás, una vez más. El mismo camino, las mismas calles, te miras fijamente en los escaparates haciendo tiempo hasta llegar a tu destino. Una vez más recorres el mismo camino. Rápido, despacio.. ¿qué más da? Tu cabeza está en otro sitio. Realmente, no sabes exactamente dónde está. Hace días que no dejas de pensarla, lo sé. "¿Dónde estará?" Y esa pregunta ronda por tu cabeza una y otra vez. Sus acciones te desconciertan, no sabes porqué hace eso. Te preguntas una y otra vez porqué te da una de cal y otra de arena, porqué se acerca y después se aleja. Pero lo que realmente no te preguntas nunca es si ella alguna vez se ha sentido como tú. Te lo diré yo: sí, claro que se ha sentido como tú. ¿Nunca has oído esa frase de "dale a probar su propia medicina"? Pues a veces funciona y sólo espero que esta sea una de esas veces. No me lo niegues, no me niegues que piensas en mí porque se que lo haces. Y sé que te has preguntado dónde estoy, no sabes porqué te lo preguntas. Ni si quiera sabes si me hablarías, si me dedicarías un sólo minuto de tu tiempo, pero el saber dónde estoy te da seguridad. Y no, no lo sabes y no dejas de preguntarte dónde estoy, ¿a quién pretendes engañar? Al fin y al cabo no somos tan diferentes, al fin y al cabo los dos somos personas, ¿no?