Mi foto
María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.

jueves, 23 de agosto de 2012

True story



Y es que es así, somos así de tontas, infantiles y estúpidas. Que si se nos ponen un príncipe azul y un capullo delante, vamos a elegir al capullo. Es ley de vida, por mucho que digamos, no queremos ni flores de colores ni mariposas revoloteando a nuestro al rededor. Buscamos lo prohibido, lo peligroso, lo que sabemos que va ha hacernos daño. Digamos que es porque lo prohibido es tentador y lo peligroso atractivo. Nos gusta que nos hagan sufrir y que luego vengan a pedirnos perdón sabiendo que volverán a repetirlo. Y sí, somos tontas sabiendo que lo que nos gusta es lo que va a hacernos daño. Pero es así y lo seguirá siendo. Lo seguirá siendo hasta que uno de esos capullos se enamore, se enamore y se convierta en un príncipe azul. 



Digamos que al fin y al cabo sigue siendo la misma historia de siempre: el sapo, después de muchos besos, siempre se termina convirtiendo en príncipe, ¿no?

2 comentarios:

  1. Yo creo que no es así. Yo soy una chica y no me gustan los cabrones. Alguno me ha llegado a gustar, pero por lo general no. Tampoco voy a poner aquí mi ideal de chico. Pero perdona que te diga, cuando los chicos leen cosas así es normal que piensen que somos tontas... S.p: la literatura está muerta...

    ResponderEliminar
  2. Tal vez me haya ido un poco a los extremos, al igual que chicos, chicas también hay de todo tipo. Creo que no me he explicado bien en la entrada, a lo que me refiero es a que nos pasamos la vida buscando y pidiendo un príncipe azul que nos trate como una princesa y cuando lo encontramos no lo queremos. Tal vez es que por definición de príncipe que tenemos es muy diferente a la que buscamos. ¿A quién le gusta que se lo den todo hecho? ¿a quién le gusta una relación fácil en la que sabes que por mucho que hagas él siempre va a estar ahí? Mi concepto de chico perfecto y príncipe azul es totalmente diferente. De todas maneras, con capullo tampoco me refería al peor tío del mundo, sino al típico tío que sabe que puede estar con quien quiera y que se lo tiene creído, ¿quién no se a enamorado de ese prototipo de chico? Y como bien digo al final, ese prototipo de tíos, también se enamora y ahí es cuando dejan de serlo.
    Siento que al leer esto pienses que la literatura esté muerta.

    ResponderEliminar