Y sin razón alguna, así fue. Fue uno de esos primeros besos diferentes. Tal vez no fue mágico ni perfecto ni mucho menos el más grandioso de los besos, pero fue especial. Lo fue porque había algo en él, en ese beso, que era distinto, que lo hacía diferente a los demás. Fue breve, rápido, tímido, como si por rozar nuestros labios fuéramos a cometer el mayor de los pecados. Sincero, veloz y eficaz. Eficaz porque me bastó ese primer beso para saber que no quería que fuera el último.
¡Propongo un brindis! Por todas esas personas que alguna vez han estado tristes sin quererlo, por aquellas que han estado contentas no queriéndolo, por todas aquellas que no le encuentran sentido a la vida, por aquellas que sonríen sin ganas, por las que las que quieren hacer felices a la gente sin estarlo ellos mismos, por aquellas que sueñan con que algún día serán felices. Propongo un brindis por todas las personas que alguna vez han tenido una sonrisa entristecida.
- Pardelas
- María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario