Una necesidad. Todos tenemos necesidades, algo que tenemos que hacer en todo momento, algo inevitable. Se podría llamar adicción, droga... Si hablamos en esos términos, mi droga es escribir, mi necesidad, me tubo de escape, mi manera de expresarle al mundo con palabras lo que no soy capaz de hacer con acciones. Mi pequeño diario sin sentido, abstracto y absurdo. No tiene sentido contarle tus sentimientos a alguien desconocido, a un extraño. Pero aún así lo hago. Escribo porque lo necesito, porque cuando mis palabras fluyen con la tinta de ese viejo bolígrafo desgastado, siento que mi cuerpo se va vaciando de problemas. Uno a uno, palabra por palabra, dejándolo todo atrás y llorando tildes que le dan la entonación a mis palabras. Sintiendo que mi peso disminuye con cada palabra que escribo. Sintiendo que puedo volar, cuando llego al punto y final.
¡Propongo un brindis! Por todas esas personas que alguna vez han estado tristes sin quererlo, por aquellas que han estado contentas no queriéndolo, por todas aquellas que no le encuentran sentido a la vida, por aquellas que sonríen sin ganas, por las que las que quieren hacer felices a la gente sin estarlo ellos mismos, por aquellas que sueñan con que algún día serán felices. Propongo un brindis por todas las personas que alguna vez han tenido una sonrisa entristecida.
- Pardelas
- María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.
dios mio, como escribes dios, sin duda no me perdere nada de lo que escribas a partir de ahora, y una cosa nunca dejes de escribir tu sirves para eso
ResponderEliminar