Mi foto
María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Pequeños detalles que hacen que la vida sea única


Aquella mañana me levanté desganada, sin ganas de hablar con nadie. Me senté en el pequeño sofá del comedor y sin apetito alguno, me dispuse a comer una pequeña galleta mientras contemplaba como cambiaba de canal en aquella vieja televisión. Pasaba constantemente por todos los canales de la televisión sin encontrar ninguno de mi agrado. "Vaya basura, no hay nada que se pueda ver aquí". Y de mala gana apagué aquel aparato. Relajadamente me senté frente a la pantalla del ordenador, ilusa al pensar que alguien podría haberse acordado de mí. Pero nada, no había nada. Acostada en la cama me puse a pensar algo en lo que poder entretenerme. Lo único que encontré fue un montón de lunares en mis dos piernas, así que comencé a contarlos. Después de contar 309 lunares, me sorprendió que nadie me hubiera llamado. Mi autoestima no hacía más que descender por segundos. Sin quererlo, incoscientemente,  comencé a sollozar. Juro que yo quería parar , pero había algo en mí que me obligaba a seguir llorando. Me desperté llena de lágrimas y con la misma sensación de pesimismo. Me quedé boca arriba tumbada en la cama. Con la mente en blanco. Cerraba los ojos poco a poco y cuando pensaba que iba a caer en un profundo sueño de nuevo, pegué tal chillido que me asusté mí misma. Comencé a reir a carcajadas, llorando de la risa, sintiéndome tan feliz como hacía mucho tiempo que no me sentía. De repente una larga colección de palabras que formaban frases comenzó a salir entre mis labios. "Pues no, no soy una persona plenamente feliz, me faltan muchas cosas para serlo, querría un montón de cosas; el coche de la barbie que nunca tuve, ese abrazo de un amigo especial, esa casa en la playa, toda la ropa que existe en el mundo, un poco más de felicidad, ver su sonrisa todos los días, un suricato de peluche, conseguir reunir a todos mis amigos en un mismo sitio, tenerlo a él.. Pues sí, mi vida tiene muchos fallos y carece de muchas cosas para ser la vida perfecta, pero no la cambiaría por nada del mundo, porque hay algo que nadie podrá hacer como yo, presumir de que mi vida no es perfecta ni lo será nunca, porque es única, es mía". Y después de ese pequeño monólogo, un prolongado silencio hizo que entre un millón de carcajadas soltara el final del pequeño monólogo. "Pues no, no tengo la vida perfecta, pero, ¿quién la tiene?".

No hay comentarios:

Publicar un comentario