Mi foto
María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.

martes, 13 de marzo de 2012

Things will never be the same



En aquella sala el ambiente era tenso. Un silencio lleno de rabia y culpabilidad la inundaba. Ella, con los ojos llenos de lágrimas, clavaba su mirada en él. Mientras que él, no conseguía sostenerle la mirada durante mucho tiempo, la culpabilidad lo estaba matando. Silencio y tensión. Cuando no pudo aguantarse, las lágrimas de ella cayeron por sus mejillas, delatando su sufrimiento y decepción. Se dio la vuelta y se dispuso a marcharse, pero cuando a penas había dado cinco pasos se dio la vuelta y se acercó a él:
-Coge ese vaso.- le dijo seria.
Él se quedó sorprendido y no tuvo respuesta para ella. No movió ni un músculo de su cuerpo, sin embargo le sostuvo la mirada. Estaba confuso.
-¿Vas a hacer lo que te diga?- insistió ella.
-Sí... claro.- Asintió él. Después de lo ocurrido nada podía ir peor, así que aceptó y decidió hacerle caso, aunque fuera la última vez que lo hiciera. -¿qué quieres que haga?
-Coge ese vaso y tíralo al suelo.- dijo ella totalmente seria. Él obedeció lo que le habían ordenado y observó como el vaso se rompió en mil pedazos a sus pies.
-¿Qué ha pasado?- preguntó ella.
-Que se ha roto.- él no salía de su desconcierto. Aquello era tan extraño, no comprendía nada, aún así le sostuvo la mirada y esperó una respuesta que tardó en llegar varios segundos.
-Ahora pídele perdón.
-Perdón...
El silencio se hizo de nuevo en aquella habitación. Ambos se sostenían las miradas, serios. Ella se mordía el labio inferior. Él sabía perfectamente que eso era síntoma de que estaba aguantando unas lágrimas, la conocía demasiado bien, los momentos que había pasado con ella nunca los había pasado con nadie. Era la persona que más la conocía.
-¿Y acaso ves que se haya arreglado?- los ojos de ella se empaparon pero ninguna lágrima cayó por sus mejillas. Ella le sostuvo la mirada, pero él la agachó rápidamente. En ese instante ella se dio la vuelta y se marchó, dejando atrás un pasado con un vaso roto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario