Bum bum, bum bum, bum bum. ¿Puedes oírlo?. Bum bum. Continúa. Bum bum, bum bum. Mantiene el ritmo cuando te tengo lejos. Acércate, siéntelo. Bum bum, bum bum. ¿Lo oyes?. Acelera, te acercas y acelera. Te está llamando. Eres consciente de que cuanto más se acerque más aumentará. Pero te da igual, quieres tenerlo cerca por encima de todo. Él te da todo eso que siempre necesitaste, aunque realmente lo desconozca. Se sigue acercando, ya casi puedes tocarlo, sentir su olor, sentirlo a él. Miles de mariposas se apoderan de tu estómago y una sonrisa de tu cara en forma de acto reflejo. Entonces sientes unas ganas enormes de besarlo y de no parar nunca. Y es ahí cuando te das cuenta de que, eso a lo que llamabas gustar, se ha convertido en algo mucho más grande.
¡Propongo un brindis! Por todas esas personas que alguna vez han estado tristes sin quererlo, por aquellas que han estado contentas no queriéndolo, por todas aquellas que no le encuentran sentido a la vida, por aquellas que sonríen sin ganas, por las que las que quieren hacer felices a la gente sin estarlo ellos mismos, por aquellas que sueñan con que algún día serán felices. Propongo un brindis por todas las personas que alguna vez han tenido una sonrisa entristecida.
- Pardelas
- María, 16 años, encantada. Adoro escribir desde el primer momento que mis manos cogieron un libro y mis ojos tuvieron la suerte de poder leer aquellas palabras. Tan rayada que hasta podrías esnifarme. Vivo en un mundo paralelo y pocas veces estoy de vuelta. ¿Mi mayor miedo? Decepcionar a la gente que quiero. ¿Mi mayor consejo? Ser feliz y quererse a uno mismo, pues vas a ser la única persona que pase toda la vida contigo. No intentes entenderme, ni yo misma lo hago.
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